Hoy cumplo veintitrés años, y he decidido crear una lista de veintitrés cosas que he aprendido en mi vida. También es el primer cumpleaños que paso con el corazón roto y esperando un mensaje de él, auque sé que nunca va a llegar…
Así que me pareció buena idea enfocarme en lo bueno del día de hoy, en lo que tengo en vez de lo que no tengo: estoy viva y estoy teniendo el lujo de crecer.
Aquí van veintitrés cosas que he aprendido en mis veintitrés años:
1. No tengas prisa.
La naturaleza no conoce el tiempo, no tiene prisa, y de ella nacen maravillas.
Es mentira que a los treinta y cinco años es tarde para tener un hijo, o que a los sesenta años no puedes estudiar una carrera universitaria. No tienes que tener la vida resuelta a los veinte años o vivir con prisa porque tus coetáneos ya “lo tienen todo”.
2. Vive en el mundo real.
Quita la cara de esa pantalla.
Mira las nubes, siente el sol en la cara, huele las flores, acaricia los animales que te encuentres por la calle. Sal lo mas que puedas, en tu casa no vas a aprender nada, y mucho menos en internet. La vida real está en lo que no llamas hogar.
3. Mata tu zona de comfort.
Mátala antes de que te mate ella a ti.
No te conformes con lo que tienes porque estás cómodo. Agradécelo, pero sigue adelante y crece.
La comodidad mata a la mente.
4. No busques el amor de otra persona, si primero no tienes el tuyo.
Esto lo aprendí por las malas, y a través de otra persona.
Si no te amas, no aceptas el amor de otro porque crees que no lo mereces, o aceptas cualquier trato porque crees que es el que mereces.
El segundo caso fue el mío. Aceptaba cualquier trato por parte de el hombre que me rompió el corazón, con tanto de seguir estando con él. Porqué le quería demasiado, incluso más que a mi misma…
5. El dinero va y viene…
No te aferres al dinero, porque si se te va, te irás con él.
Ahorra para tus proyectos de vida, pero haz ese viaje y visita ese sitio que tanto quieres ver, cómprate esos zapatos que te encantan, sal a comer con tu familia, ve al parque de atracciones con tus amigos.
El dinero se va, pero luego vuelve. Las oportunidades de crear recuerdos solo se van.
6. … y la gente también.
Cada uno tiene su camino, y siempre es bonito cuando el de dos personas se cruzan en armonía. Pero no tiene por que durar para siempre.
La gente cambia, se junta, se separa, te enseña, aprende de ti.
Hay gente que llega a tu vida para hacerte daño, para amarte y para que sean amados por ti, que llega para simplificar tus momentos, o hacerlos más complicados.
Hay gente que está contigo desde el día en el que naciste y se va a quedar hasta el día en el que mueras, gente que llega temprano y temprano se va, gente que llega después de años y nunca se irá, gente que llega rápidamente y con la misma rapidez se va a ir también.
Tú también llegas y te vas de manera distinta de la vida de los demás.
Aprende de todos.
7. Inténtalo, el “no” ya lo tienes.
¿Y si le pido el número al chico que me gusta y me dice que no?
Pues no lo tendrás igual que ahora, antes de habérselo pedido, pero, ¿y si te dice que sí?
Pide ese número, llama a esa empresa, envía ese libro a esa editorial, haz esa prueba de acceso, inténtalo.
Y si no lo consigues, inténtalo otra vez.
8. Sé amable con todo el mundo, sobre todo contigo misma.
Sonríe a desconocidos, acaricia ese perrito por la calle y deséale un buen día al dueño, recoge el bolso que se le cayó a la señora, devuélvele la pelota que perdieron los niños de la plaza. Explícale a tu compañero de clase lo que no entendió, dale las gracias a tus padres cuando te cocinan algo, abraza a cuanta más gente puedas.
Ten paciencia contigo misma, estás haciendo lo mejor que puedes. Si te equivocas, perdónate. Y trátate a ti misma como tratarías al amor de tu vida, porque esa tienes que ser: el amor de tu vida.
9. Mira a los ojos.
«La cara es el espejo del alma, y los ojos confiesan en silencio los secretos del corazón.»
—Cicerón.
Creo que cuando miramos a los ojos a alguien, conectamos nuestras almas. Creamos un vínculo, una complicidad secreta.
No desvíes la mirada cuando hablas con alguien, recuerda el color de sus ojos y lo que quiso decirte con ellos.
La sinceridad y la pureza sólo se transmiten a través de los ojos.
10. Trabaja con disciplina.
Nadie va a conseguir tus metas por ti.
Si estás todo el día entre distracciones, no te quejes por no haber llegado dónde querías estar. Saca los deseos de la mente y tenlos en tus manos, no se van a cumplir solos.
No confíes en la motivación, porque en algún momento te abandonará. Sin disciplina y constancia no hay resultado.
11. Del pasado se aprende…
Mira hacia atrás para aprender y recordar, pero no lo mires mucho. No vivas ahí.
Eres quien eres ahora, gracias a quien fuiste en el pasado. Pero ya no eres quien fuiste.
12. … y el futuro es para soñar.
Sueña con el futuro y constrúyelo paso a paso, pero tampoco vivas ahí. Aún no existe.
Según lo que hagas ahora, tendrás un futuro u otro. Pero no serás quien eres ahora.
13. Escucha.
No saques conclusiones sin haber escuchado todas las versiones de la historia.
Escucha las historias de los demás, antes de hablar termina de escuchar. Escucha a tu profe, a tu amiga que está llorando, las quejas de tu madre, que tal le fue el día a tu pareja.
No oigas, escucha atentamente.
14. Saca fotos.
Esa nube tan bonita no la volverás a ver, tu gatito va a crecer, ese dibujo se puede manchar, tu amiga y tú están guapísimas. Saca esa foto.
Una foto es un recuerdo que se bloqueó en el tiempo.
15. Pasa tiempo con tus abuelos.
No son eternos, y vuestros caminos no van a cruzarse por todo el tiempo que desearías.
Pregúntales por sus infancias, juega a las cartas con ellos, escucha sus historias, descubre cómo se conocieron, cómo eran sus día a día en sus épocas.
Aprovecha el tiempo con ellos, porque el tiempo se va y nunca más volverá.
16. Ayuda a quien lo necesita…
Deja esa moneda al señor que está durmiendo en el suelo, sube las bolsas del supermercado de tu vecina anciana, abraza a quien tuvo un mal día, haz ese favor.
Sé presente para tus seres queridos, sobre todo cuando te necesitan, presta aún más atención al amigo que está pasando por un mal momento.
17. … y pide ayuda si lo necesitas.
No podemos con todo, y no siempre podemos solos. Para eso está la familia, los amigos, las parejas, para ayudarnos mutuamente en esos momentos.
Pero nadie es vidente, y si te cierras en ti mismo nadie va a saber que necesitas ser ayudado. Pídelo, porque quien te quiere está a tu lado para ti.
18. No lo cuentes todo.
Si acabas de tener una idea para un proyecto, o empezó un sueño nuevo, estás pensando en cambiar de trabajo o carrera, quieres apuntarte al gimnasio, vas a planear un viaje, estás dejándolo con tu pareja o cualquier situación similar, cállate.
No lo digas a nadie.
Hasta que no sea real, eso es solo tuyo y de nadie más. La gente hará preguntas a las cuales no vas a saber contestar, va a tener espectativas y opiniones, va a manchar lo que estás intentando conseguir.
Cuando lo consigas, cuenta tu logro. Pero hasta que no lo sea, no digas nada.
19. Nunca juzgues.
“La vecina siempre tiene su casa desordenada, que asco.”
La vecina es madre soltera de dos niños, su padre está enfermo y tiene dos trabajos porque su ex-marido se fue sin querer saber nada de ella.
“La camarera fue un súper desagradable, si no le gusta su trabajo debería irse.”
La camarera acaba de descubrir que su novio con el cual estuvo cinco años, la traicionó con una amiga, pero el trabajo es trabajo.
No sabemos que está pasando en la vida de los demás, y la primera impresión de alguien debería ser solo eso: una impresión. Y jamás convertirlo en tu perspectiva sobre esa persona.
20. Se puede cambiar de idea.
Con el tiempo crecemos y cambiamos. Un cambio radical puede suceder de un mes a otro, y puede ser gradual o repentino. Depende de las circunstancias, de lo que vivimos, y del individuo.
Podemos tener creencias y luego arrebatarlas por algo que nos pasó. Podemos tener una idea sobre alguien y luego esa persona nos prueba lo contrario. Puedes opinar sobre algo y luego descubrir más sobre el tema, y cambiar de opinión.
Las ideas no son concretas y en mi opinión, tienen que evolucionar. Pero puede que un día no vuelva a pensar lo mismo…
21. No lo sabes todo.
“Sólo sé que no sé nada.”
—Sócrates.
Podemos saber algo por experiencia propia, por haberlo estudiado, o por haberlo aprendido por las malas.
Volviendo un poco al punto anterior, todo lo que sabemos puede desvanecerse de un momento a otro, y quedarnos sin nada concreto.
Como dijo mi profesora de filosofía —y seguramente muchas personas más—: “Cuando crees que ya lo sabes todo, ¡llega el universo y te cambia todas las preguntas!”
22. Tus padres no son Dios.
Es tu primera vida y tienes derecho a equivocarte, porque eres humana.
Pues ellos también.
Ser padre no significa tener una enciclopedia de la vida instalada en el cerebro. Si tu no lo sabes todo, ellos tampoco.
Cada día aprenden a vivir, y a ser padres. Pero aprendiendo te equivocas muchas veces, y la clave está en equivocarse desde el amor.
23. Estás sola.
Sí, has leído bien. Mi último aprendizaje de esta lista es este.
Nacemos solos, y solos vamos a morir.
Habrá mucha gente que va a estar a nuestro lado, ayudándonos, dándonos enseñanzas preciadas. Nuestros caminos se cruzarán con muchas personas, que nos harán cambiar de ideas, nos harán saber cosas.
Pero nadie está a tu lado las veinticuatro horas del día, excepto por una persona: tú.
Priorízate, porque nadie más lo hará. Tu paz, sueños y principios vienen primero. Nadie va a caminar por ti, nadie va a vivir por ti. Eres la única que te conoce a la perfección. Cuando nadie te perdona, perdónate tú primero.
Cuida tu mente porque es la que te hará entender al mundo. Cuida tu cuerpo porque es el que te permite estar en el mundo. Cuida tu entorno porque eso es cuidar tu paz. Cuídate porque nadie lo va a hacer por ti.
Lo más importante de aprender algo importante, es acordarte de ello y seguir manteniendo vivo ese aprendizaje día tras día.
Claramente he aprendido muchas más lecciones, tanto por las buenas, como por las malas.
Y esto sólo es el comienzo.
Un fuerte abrazo,
Alma.
Feliz cumple, bella!! gracias por regalarnos tantas escritos hermosos